Inicia
un nuevo torneo, todos los hinchas, fundidos en su ferviente pasión, esperan
una gran campaña de sus equipos. Olvidan lo pasado, como se olvida cada partido
mal jugado; perdonan los errores cometidos en el torneo anterior, y vuelven a
llenar de esperanzas aquel tanque reservado exclusivamente para el fútbol.
Uno de
esos equipos, al que sus hinchas hemos decidido perdonarle lo hecho en el
pasado, es el Deportivo Cali. No convenció en un solo partido el semestre
anterior y fue eliminado antes de terminar el todos contra todos. Pero el
hincha caleño ha optado por olvidar lo pasado y poner en manos del futuro el
regalo que merecen por la fiesta de su centenario. Si bien la llegada de Leonel
Álvarez como director técnico ha generado tranquilidad entre una gran parte de
los adeptos verdiblancos, la calma no parece traer de la mano a la esperanza.
Las directivas del equipo azucarero se han quedado cortas en las contrataciones
y no han llenado las expectativas ni siquiera del mismo Leonel.
Al
equipo de Álvarez ya lo hemos visto en varios encuentros y, a decir verdad, las
típicas problemáticas del equipo vallecaucano persisten: falta de gol, de
creación de juego y una división en el medio campo, por la falta de una buena
pareja de volantes de contención. No obstante, hay que tener claro que aún no
es hora de juzgar al equipo, porque llevan poco conociéndose en la cancha y
quizá Álvarez pueda acabar con esos problemas. Además el técnico ilusiona con
sus declaraciones y con el ritmo de juego que le ha inyectado
al equipo y que se ha visto por pedazos en esta pretemporada. Igualmente, el
técnico ha probado con varios jugadores de la gran cantera verdiblanca,
incluyendo en el equipo profesional a jugadores como Harrison Mojica, Luis
Hurtado, Johan Wallens, Miguel Murillo y Jesús Martínez, quien podría entrar
como lateral izquierdo en caso de que Vladimir Marín suba como volante externo.
Esto nos hace pensar a los hinchas que Leonel va a saber aprovechar el talento
que hay en la cantera verdiblanca y que formará un equipo con continuidad y que
va de la mano con su proceso como técnico.
Así, Álvarez ha utilizado, en los partidos
disputados, un esquema de 4-2-2-1-1, alternado a veces por un 4-2-3-1 o 4-2-2-2, incluyendo
a Carlos Lizarazo como media punta en la titular, jugador que ha demostrado un
mejoramiento en comparación con lo hecho en el semestre anterior. Además, sigue
utilizando la pareja de volantes Pérez y Cuellar, algo que no deja muy
contentos a varios hinchas verdiblancos, debido al bajísimo nivel de Andrés
como volante de contención, dando a entender que es otro técnico que le teme
jugarse el medio campo con dos jóvenes como Cuellar y Juan David Cabezas. Suma
al central Nery Bareiro al lado de Diego Peralta, mientras que a los costados
mantiene a Víctor Giraldo y a Vladimir Marín. Mondragón es indiscutible en el
arco, al igual que Caracho en el medio campo ofensivo, que ahora es acompañado
por Manga Escobar, y encomienda en los pies de Edixon Perea los goles del
equipo azucarero.
Pero,
volviendo al tema de las contrataciones y las pocas expectativas, hay algo que
tiene pensando a un gran sector de la hinchada verdiblanca: Leonel está
pidiendo, casi que a gritos, y sin respuesta alguna, a un diez, un volante
ofensivo que le arme juego, que busque las jugadas, las aproveche y las
convierta en opciones de gol. Digo opciones porque concretarlas es trabajo del
nueve, con continuidad y gol, que también está pidiendo el técnico paisa y que,
las tan “efectivas” directivas, llevan buscando en estos más de dos meses de
temporada que ha tenido el equipo.
Sumado a
esto, las contrataciones que han hecho no llenan las expectativas, incluso,
algunas ya preocupan a más de un hincha caleño. Uno de ellos es Edixon Perea,
que, en partidos de pretemporada, ha demostrado ser lo que todos temían: un
hombre sin gol. Además de él, también llegó Luis Ferney Ríos, atacante
proveniente del fútbol de la segunda categoría nacional y que, para muchos,
genera más confianza que el costoso Perea. Se suman también los centrales
Fainer Torijano y Nery Bareiro, este último sorprendiendo con el silencio en
que se realizó su contratación y el lateral izquierdo
Johan Mojica, también procedente de la B. Por otra parte, el equipo se ha
sumergido en una humareda, que ha llevado a medios periodísticos a cometer el
error de asegurar el cierre de contrataciones con jugadores que el cuerpo
técnico ni siquiera tiene en cuenta. Como el caso de Andy Pando, un delantero
peruano que ilusionó por un día a la afición caleña, gracias a sus
estadísticas.
Así, con
todo puesto sobre la mesa, solo queda por decir que al Cali, faltando una
semana para que inicie el torneo, aún le falta mucho para producir grandes
expectativas entre su hinchada. Y es triste saber eso, porque tuvo más de dos
meses para armar un buen equipo, para traer contrataciones a la altura del
club, para poner a soñar a los hinchas, para dar una razón más al festejo de
sus cien años. Cómo pretender que un equipo demuestre su acoplamiento en la
cancha desde el primer partido, o al menos algo parecido, si tuvo menos de una
semana para conocerse; terminan conociéndose a lo largo del torneo y a final de
semestre están con la calculadora en la mano.
Ojalá
esta año traiga mejores cosas para el equipo y podamos festejar, a la altura
del asunto, ser el primer decano del
fútbol colombiano. Porque el Deportivo Cali, su historia y su hinchada lo
merecen.