jueves, 4 de octubre de 2012

¿Y PIDEN PAZ EN EL FÚTBOL?

Siempre lo he dicho: Si cuando un “hincha” va al estadio y se preocupa más por empacar el machete, el destornillador, la navaja, la cuchilla, la buena dosis de licor, etc. creo que no va a alentar ni a preocuparse mucho por el juego del equipo y ese tipo de cosas no lo hacen un mejor hincha, lo hacen un mejor delincuente.

Que triste es caminar por los alrededores de los estadios y ver los vecinos con miedo mientras los “hinchas” esconden sus armas en los jardines de las casas aledañas o ver como muchos hinchas de verdad salen antes de finalizar los partidos solo porque no quieren verse envueltos en una riña callejera de los delincuentes que se hacen llamar hinchas solo porque van a imponer miedo alrededor del fútbol.

“No sé para que se pelean con nosotros si somos tan malos”. Recuerdo esas palabras de Hernán Darío Gómez cuando el Deportivo Independiente Medellín no tenía un buen desempeño en la Liga. ¿Acaso ir bien justifica las peleas? Parece ser que para él si.

Ayer se vivió un triste incidente en el estadio Atanasio Girardot entre el técnico rojo y el presidente de las Águilas de Itagüí, José Fernando Salazar. En medio de la hinchada fueron y vinieron los insultos entre estos personajes. El primero desde el banco y el segundo desde la tribuna y tuvo que terminar protegido por policías por precaución. Lamentable hecho entre, parece ser, reincidentes.

Eso si: La hinchada del DIM que estaba cerca al presidente de las Águilas se merecen los aplausos porque a pesar de tener un incitador a su lado se controlaron y dieron el ejemplo a sus hijos que nuestros íconos futboleros no son capaces de dar al no armar una trifucla que pudo tener consecuencias muy graves.

Obviamente Bolillo y Salazar no son los únicos que incitan a los actos violentos. Para recordar a corto plazo está la celebración de Luis Fernando Mosquera con la hinchada de su equipo. Él asegura que su intención era demostrar que “jugaba con huevo” pero eso a la hinchada no se le demuestra agarrándoselos. La verdadera hinchada no es boba y sabe cuando un jugador entrega su vida, alma y corazón por la camiseta que ama.

¿Cómo no acordarnos que Gerardo ‘sopita’ Bedoya? Johnny Ramírez todavía se verá en un espejo y se acordará de lo que el jugador cardenal le hizo con toda la intención de lastimarlo. O ni hablar de Teófilo Gutiérrez, siempre esperando que este jugadorazo no haga las payasadas que hizo en Argentina a punta de agresiones y armas de juguete.

Esto lo escribo a las carreras, sin ganas de profundizar en un mal que azota fútbol, pero si es un mensaje claro a jugadores, directivos y entrenadores que el ejemplo empieza en casa y muchos solo legitiman lo que los “hinchas” (nótese las comillas) realizan fuera de los estadios.

¿Recuerdan otro tipo de hechos que generen violencia desde los equipos del fútbol colombiano?

Autor: @orios8
Síganos en FACEBOOK y TWITTER

No hay comentarios:

Publicar un comentario